RÉQUIEM POR LOS DIFUNTOS EN ESPECIAL POR LOS FALLECIDOS A CONSECUENCIA DE LA DANA EN EL SAGRADO CORAZÓN
El 1
de noviembre mes de los difuntos, como el año pasado, en la parroquia del
Sagrado Corazón tuvo lugar el concierto en honor a los difuntos. El Vicario
Episcopal y párroco del Sagrado Corazón D. Aurelio Ferrándiz, comenzó el concierto réquiem por los
difuntos como consecuencia de la terrible DANA, con un responso para todos los fallecidos
“nuestra oración por los fallecidos. Dales, Señor, el descanso eterno y que
brille para todos la luz perpetua. Descansen en paz. Amen”
Así la Parroquia del Sagrado Corazón, y la coral Torrevejense Francisco Vallejos se unieron, para mostrar su dolor y cercanía ante los momentos difíciles que están viviendo las Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía por los fallecidos y desaparecidos. Este concierto y oración fue mucho más emotivo por el momento tan duro que se está viviendo.
El concierto
El
Concierto "In Nomine Patris” presentado por la Coral Torrevejense
Francisco Vallejos dirigida por Belén Puente, ofreció las obras: “Ave Maria”
de Dubra. Siguió “Qui sedes ad dexteram patris, del Gloria de
Antonio Vivaldi, situando al público en la misa y oración-colectiva, cuando
alabamos al Señor. Solista, Maria Polkovnikova, mezzosoprano.
De Antonio
Vivaldi escuchamos “Laudamos Te” creando un ambiente meditativo y
solemne, típico de la música sacra. Solistas, Maria Mata y Lucia España
sopranos.
Continuó
con el Réquiem de G. Fauré “Libérame domine”, pidiendo a Dios
el descanso eterno y que la luz perpetua brille para ellos. Solista, Antonio
Martinez, barítono.
Entre
las obras, el espiritual con Arr. K. Berg, “Didn´t My Lord”. Este
espiritual afroamericano tradicional habla de liberación y esperanza.
La
obra “Vidit Suum”, del Stabat Mater G. B. Pergolesi, nos enfrentó a la
trágica escena donde la Virgen María presencia la crucifixión de su hijo, Jesús.
Solista, Luna Sanabria, soprano.
De Mozart
se interpretó “Dies Irae”, una de las secciones más dramáticas y
emocionalmente intensa de su Réquiem, se traduce como “Día de ira”. Para
finalizar y con las luces de las velas que llevaba el público asistente, se
procedió a la despedida definitiva de nuestros seres queridos y aquellos que
han perdido su vida en la terrible DANA. Sonó la más conmovedora y conocida
parte del Réquiem, de Amadeus Mozart, “Lacrimosa” que habla sobre el
juicio final para el hombre que ha resucitado del polvo.
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