CRISTO HA RESUCITADO: LA PARROQUIA DEL SAGRADO CORAZÓN CELEBRA CON GOZO Y ESPERANZA LA VIGILIA PASCUAL

 

En un clima de profundo recogimiento y alegría, la parroquia del Sagrado Corazón, que se encontraba repleta de fieles, celebró la noche del Sábado Santo la solemne Vigilia Pascual, la liturgia más importante del año cristiano, que conmemora la Resurrección gloriosa de Jesucristo.

Durante el día, los fieles permanecieron en oración y silencio, acompañando al Señor. Al llegar la noche, a las once en punto, las luces del templo se apagaron completamente y comenzó la primera parte de la celebración: la Bendición del fuego. A las puertas del templo, el párroco D. Aurelio Ferrándiz bendijo el fuego nuevo, del cual encendió el Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado, que luego iluminó las velas de todos los fieles. En procesión, entraron en el templo en tinieblas, llenándolo de una luz tenue.

La celebración continuó con la Liturgia de la Palabra, en la que se proclamaron siete lecturas del Antiguo Testamento, que narran la historia de la salvación, desde la creación hasta la promesa de redención. Tras este recorrido espiritual, se entonó con gran emoción el Gloria, acompañado del repique de campanas y el encendido de todas las luces, signo de la victoria de Cristo sobre la muerte.

Uno de los momentos más significativos fue la Liturgia Bautismal, que comenzó con el canto de la Letanía de los Santos. El sacerdote bendijo el agua bautismal y todos los fieles, con sus velas encendidas, renovaron sus promesas bautismales, recordando el día en que fueron incorporados a la vida nueva en Cristo.

Finalmente, se celebró la Liturgia de la Eucaristía, en un ambiente lleno de júbilo y solemnidad. El párroco, revestido con casulla blanca, presidió la misa con cantos de alabanza, proclamando con alegría que Cristo ha resucitado verdaderamente.

Esta noche santa, llena de símbolos y fe, dejó en la comunidad parroquial un profundo sentido de esperanza y renovación. La Resurrección del Señor es el fundamento de la fe cristiana, y así lo vivieron los fieles del Sagrado Corazón: con corazones ardientes, iluminados por la luz del Resucitado.