En la
celebración de la Última Cena, en la parroquia, llena de files, el párroco del Sagrado
Corazón, D, Aurelio Ferrándiz, puso el foco en tres acontecimientos que tienen
su origen en este momento: la institución de la Eucaristía, la institución del
Orden Sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna.
También se
recuerda el lavatorio de los pies, que manifiesta el servicio y el amor de
Cristo, que ha venido “no a ser servido, sino a servir”. El párroco D. Aurelio Ferrándiz
repitió el gesto del mismo Jesús, lavando y besando los pies de aquellos que en
la parroquia realizan la tarea de la limpieza del Templo.
Después de la misa, el Santísimo Sacramento quedo reservado, en el sagrario, para su adoración en la capilla invitando a la oración y a la meditación.
De esta forma, en la tarde del jueves de la Semana Santa, la
Iglesia comienza el Triduo pascual y evoca aquella Última Cena, “en la cual el Señor
Jesús en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a
los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre
bajo las especies del pan y del vino, y los entregó a los apóstoles para que
los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también
los ofreciesen”.
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