E. Hernández
El Sábado Santo, la parroquia del Sagrado Corazón vivió uno
de los momentos más importantes para todos los fieles que permanecieron junto
al Señor meditando en su Pasión y Muerte. Alrededor de las once de la noche
comenzó las celebraciones de la “Vigilia Pascual” en la puerta del Templo donde
el Párroco Aurelio Ferrándiz realizó la liturgia de la luz, bendiciendo la
misma y encendiendo el Cirio Pascual.
En penumbras, entraron los feligreses en el Templo. La liturgia se dividió en cuatro partes. En primer lugar, el fuego nuevo, las luces del templo estaban apagadas y al introducir la nueva luz de la que todos portaban pequeñas velas, el templo se iluminó y se procedió a las lecturas del Antiguo Testamento, para ofrecer después el “Pregón Pascual de Alegría”.
Posteriormente sonaron los salmos responsoriales
correspondientes a cada lectura. Se interpretó la Letanía de los Santos. A continuación,
todos los fieles procedieron a la renovación de fe de su bautismo y se cerró el
ceremonial con la celebración de la Misa Pascual.
Verdaderamente Cristo ha Resucitado. Y ese es el mensaje más
importante que la Iglesia da conocer en esta noche. Si no hubiera resucitado, superficial
hubiera sido nuestra fe. Esta es la gran solemnidad que la Iglesia ha
celebrado. La luz se hace presente en todos los templos para celebrar la
Resurrección de Cristo.
Ahora toca el momento de la reflexión y el balance. La nueva
jornada del Sábado Santo ha sido todo un éxito en este Año Jubilar.
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